viernes, 29 de julio de 2022

Ópera argentina | Proserpina y el extranjero | Juan José Castro | Omar Del Carlo | La Scala, Milán, 1952

Título: Proserpina y el extranjero

Género - estructura: ópera en x actos

Música: Juan José Castro (1895-1968)  

Libreto: Omar Del Carlo (1818-1975)  

Basado en el mito griego de Proserpina.

Idioma original: castellano

Estreno mundial: La Scala, Milán, 17 de marzo de 1952

Estreno versión en españolTeatro Colón, Buenos Aires,  13 de septiembre de 1960

Estreno en ArgentinaTeatro Colón, Buenos Aires,  13 de septiembre de 1960


HISTORIA


Opera ganadora del Concurso Internacional de Composición "Giuseppe Verdi" 1951 (El jurado integrado por De Sabata, Giorgio, F. Ghedini, Stravinsky, Honegger, Guido Cantelli Arrigo Pedrollo, y Luigi Ronga).

(...)

“Castro mantuvo, además, una relación recurrente con el tango dentro de su obra. En su ópera Proserpina y el extranjero (1951), por ejemplo, cuyo argumento se desarrolla en los suburbios, evoca lo vernáculo urbano recurriendo a géneros populares. Así, emplea una milonga para caracterizar a Marfa, la madame del conventillo, un vals para el personaje de Cora y recurre al tango para momentos de la acción en la que se manifiestan los compadritos. Castro consideraba que con Proserpina había logrado alcanzar un lenguaje que expresaba fielmente la idiosincrasia urbana argentina” 


Fuente: Teatro Colón


Omar del Carlo (I918) es uno de los más interesantes. Narciso Pousa, en su ensayo sobre "El teatro de Omar del Carlo" que aparece como pró1ogo de este libro, señala cómo, en Electra al amanecer, Proserpina y el Extranjero y El jardín de ceniza, logra pureza lirica con un máximo de espectacularidad. Espectacularidad de melodrama, pero con virtudes poéticas. Y Juan José Castro -en otras páginas prologales: "Por que elegi Proserpina"- declara el valor "esencialmente musical" de este drama de Omar del Carlo. Se recordara la admiración de Juan José Castro por la música que compuso Igor Stravinski para el poema de Andre Gide, Persephone (representado en Buenos Aires, en I936). Nada extraño, pues, que se sienta atraído por la audacia con que Omar del Carlo ha, reelaborado el mismo mito.

El mito del rapto de Proserpina penetra como un rayo de luz en la sórdida realidad de un inquilinato porteño y se refracta en extraños reflejos de poesía. Sol en la charca, que muestra esmeraldas en el agua podrida. El Mito, personificado, avanza por el escenario y nos habla: al conjuro de su palabra ocurren rápidas transmutaciones. El infierno se muda a Buenos Aires; el Aquerón se queda inmóvil, en el sucio Rio de la Plata; Hades, rey del mundo subterráneo, se disfraza de Porfirio, el guapo, rey del hampa; la deidad Proserpina, hija de Demóter, es ahora Proserpina, una muchacha de los campos del sur, que cae en un ambiente de infamia y prostituci6n.

Hábilmente, Del Carlo funde mito y realidad y juntos se salvan para el arte dramático. Los personajes son criaturas de la Argentina de hoy; y, sin embargo, sus gestos y palabras tienen una fuerza que les viene desde el fondo de los tiempos. Y el paisaje de trigales donde vivían Demetria y su hija Proserpina nos siguen dando una emoción argentina aunque sepamos que esos son los trigales de la deidad Dem&ter. El enlace del mito de Proserpina raptada en el infierno con las figuras de Claudio y Flavia -el punto moralmente mis bajo del poder pagano y el arranque de la expansión del cristianismo- agrega al drama intenciones de alegoría religiosa. La salvación final de Proserpina adquiere así valor de símbolo moral.

Omar del Carlo rompe la composición en marco del teatro moderno y pone la acción en libertad: movimiento rápido de escenas vivas, sueltas, desnudas, cambiantes. La fluidez del teatro griego o del teatro de Lope de Vega y de Shakespeare -después del endurecimiento de los decorados realistas- vuelve ahora a correr por el cauce de las formas nuevas del teatro contemporáneo, formas que han aprendido del cine, sin imitarlo.

Omar del Carlo ha declarado varias veces su programa teatral: apoyarse en el poder mágico de la palabra para crear un espectáculo con toda la libertad de los tiempos de Isabel. Se desentiende de la mera unidad exterior, determinada mecánicamente por los cuadros escénicos y los decorados, y procura dar al diálogo unidad interior, de fantasía y significación.

Fuente: Enrique Anderson Imert


En 1951 el Mtro. Juan José Castro obtiene por unanimidad de un jurado que preside Igor Stravinsky en Milán el premio Verdi a la mejor ópera de aquel año en el que se conmemoraban los primeros 50 años de la muerte del genial compositor italiano.

Su «Proserpina y el extranjero» es estrenada aquel año en la Scala de Milán en medio de la polémica desatada por la crítica que esperaba que el premiado fuera un peninsular.

Para su obra, Castro utiliza un lenguaje mucho más vanguardista,  en el que pueden rastrearse aprendizajes de Stravinsky y de Falla, siendo de este último la idea de generar un color local sin necesidad de citar el folklore. La historia ambientada en un sórdido inquilinato porteño, tiene una música que ambienta las situaciones dramáticas en plena consonancia con la vanguardia posterior a la Escuela de Viena donde la tonalidad cede su lugar a la atonalidad pero sin encorsetarse en el Dodecafonismo. A pesar de estos recursos estilísticos el color tanguero que presentan algunos pasajes es indudable y la pieza árida y oscura como su argumento que recrea el mito de Proserpina en un rincón de Buenos Aires es un ejemplo pleno de lo local en lo universal.

Fuente: Ópera world




PERSONAJES E INTÉRPRETES ESTRENO

  • El extranjero (Tenor):  
  • Proserpina (Soprano) 
  • Demetria (Mezzosoprano) 
  • Flavia (soprano) 
  • Porfirio (tenor) 
  • Marcial (tenor) 
  • Cora Fuentes (Mezzosoprano) 
  • Personaje (registro vocal) 
  • Personaje (registro vocal) 
  • Personaje (registro vocal) 


ORQUESTA & DIRECCIONES ESTRENO:

  • Orquesta: 
  • Director:  
  • Puesta en escena:   
  • Vestuario:   
  • Escenografía:   
  • Coro: 
  • Director de coro:  
  • Ballet:  
  • Coreografía:  


ARGUMENTO

Argentina. Época moderna, la acción transcurre en una casa de mala fama y las llanuras de la Pampa. (Argumento tomado de otra fuente: web musicaclasicaargentina) El Mito, "que desde el fondo del tiempo ordena sin pausa los sueños de los hombres", anuncia que ha elegido ésta noche para Proserpina.

Arrancada del regazo de su madre la mano violenta de su amante brutal, Proserpina yace encadenada en lo hondo del Averno. Su prisión es una pobre casa de la que se han borrado hace ya muchos años las señales de días espléndidos. Proserpina, a la sombra de sus muros, devora en silencio el pan de oprobio con que su amante la sustenta, ignorando que con ojos centellantes la acechan desde sus cubiles, las bestias anhelantes del mal. Aparece un amplio vestíbulo. Suenan voces confusas. Un agente de la policía se lleva a Porfirio, que ha golpeado violentamente a Proserpina. Marcial ironiza sobre la suerte de Proserpina, que queda sola, y aunque Porfirio replica que sola la encontrará a su vuelta, Marcial manifiesta el propósito de ocuparse de la muchacha, tratando de reconfortarla aconsejándole volver con su madre, pero ante la negativa de Proserpina, la autoriza a quedarse en la casa, donde podrá obtener dinero de los diversos hombres que allí habitan. Comenta el Mito: "Abandonada por quien la arrancó de su tierra para hundirla en ese laberinto, donde las pasiones destilan sus cantos letales, Proserpina se debate y huye extraviada por los sombríos corredores de la mansión". Proserpina, con el pretexto de ir al mercado, trata de salir y obtener su libertad. Marfa y la mujer de Marcial, Cora, se lo impiden: una porque teme la venganza de Porfirio, la otra porque sospecha que Proserpina se irá a vivir con Marcial a otro lado. Llaman a la puerta. El Mito anuncia la llegada del Extranjero: "¿Oyes, Proserpina?

Desde el mar, desde el mar lejano llega tu imperial amante. Quien ha de liberarte avanza desde el mar y alza hasta ti su corazón de tierra nutrida por la sangre inocente".

Proserpina vuelve a intentar la fuga. Cora, nuevamente se lo impide. Las dos mujeres luchan. Empujan brutamente por su rival, Proserpina se golpea y cae desvanecida. El Extranjero la asiste, luego de haber puesto a Cora, siempre agresiva, en manos de Marcial. Pasa el tiempo. Marfa reprocha al Extranjero de entretenerse demasiado con Proserpina y se irrita al no recibir satisfacción. Entra Proserpina de la calle, nerviosa y confusa, pues la sigue su madre, Demetria, llegada del campo en busca de su hija.

Proserpina se deja enternecer por las palabras de su madre. Se despide del Extranjero, pero ahora es Marcial quien le cierra el paso. El Extranjero acude en su defensa.

Marcial saca el revólver. El Extranjero se lo quita y, ya alejadas Demetria y Proserpina, se lo devuelve. Marcial sufre la humillación y, cargado de odio, jura que se vengará.

"Con el blando aliento de la noche -dice el Mito- llega Proserpina de la mano de su madre hasta las ásperas llanuras del Sur. Y a su paso la tierra se alza trocada en hermosura". En el horizonte se perfila una tormenta que hace peligrar la cosecha. 

Proserpina está con Pablo Marcelo, quien le ha perdonado su pasado y pretende casarse con ella. Su madre la exhorta a aceptar al hombre que la hará feliz. Nada la mueve de su apatía. Su pensamiento está en el "otro" y aprovecha un momento de soledad para escapar. La acción se transfiere al conocido vestíbulo. Marfa, Cora y Marcial, comentan ávidamente el retorno de Proserpina, y la muy próxima excarcelación de Porfirio, que sabe ya todo lo que ocurre con Proserpina. Cambia la escena (habitación del Extranjero) y el Mito advierte que "mientras la desdicha templa su instrumento por calles desiertas, los amantes se sacian en la corriente lenta que extiende el deseo, buscando fundirse en los recuerdos más dulces, en el pasado más remoto, para que nada quede fuera de este amor que los une desesperadamente" El Extranjero, herido por algunas confidencias de Proserpina, se desprende de sus brazos y le declara que, podrá ayudarla siempre hasta lograr su salvación, pero que le será imposible amarla. En vano Proserpina, sollozando, le ruego que la lleve con él. El Extranjero sacude su indiferencia sólo cuando Proserpina, llorando convulsivamente, hace peligrar una porcelana azul que está sobre la mesa. Esa porcelana y el mensaje de una mujer muerta son los únicos vínculos que lo unen al pasado y la única razón para conservarse entre los seres vivos. Para todo lo demás, su vida está terminada, y no hay lugar par Proserpina en ella. Ofendida, desesperada, Proserpina rompe la porcelana contra el suelo. Mientras fuera de la habitación Marcial y Porfirio Sosa están en acecho, entra solo vista por el Extranjero, Flavia, su mujer muerta. Dice el Mito: "¡Oh Proserpina! Huyes y no sabes hacia dónde. Entre el Extranjero y tú está la sombra de una mujer muerta. Muerta y enterrada entre los escombros de una catedral. Es más fuerte que tú y que todos los ejércitos del mundo. ¡Oh Angel!" Flavia, angustiada por el presentimiento de la tragedia que aguarda a su marido, sabe que le es imposible oponerse. El sacrificio es fatal. Un rumor, como el crepitar del fuego, se acerca y cree en intensidad. Una luz siniestra se filtra por las paredes y dibuja el perfil de una ciudad en ruinas como si en una sola imagen se unieran la habitación y lo que queda después de un bombardeo. El Extranjero pide perdón a su mujer. "¿Perdona? No es eso -dice Flavia- Déjame sufrir sola, déjame sufrir tanto por ti que en esta noche de espanto el perdón sea la muerte. Claudio, Claudio, ya no te resta más destino que la reconciliación final a la sombra de la cruz". El Mito advierte: "Ahogado, tambaleante, como si la sangre se le fuese por una compuerta rota, el Extranjero sube a la terraza en busca de aire que lo alivie. Allí disponen sus piezas para la última partida, todos los que habitan el reducido círculo de esta fábula. Quizá entre ellos encuentres la respuesta final a tus enigmas" Porfirio se enfrenta con el Extranjero, y se desconcierta ante la impasividad de éste. Interviene Proserpina suplicante: "¡Déjalo!" Haré lo que quieras... Me iré contigo para siempre... ¡Déjalo!" Porfirio se libra de la mujer, que cae con un gemido. El gemido de Proserpina parece despertar al Extranjero, que la ayuda a levantarse y se dirige con ella a su cuarto. Marcial se mofa de Porfirio y lo incita a atacar al Extranjero.

Aprovechando la reacción se éste contra Porfirio, Marcial lo mata por la espalda. "Dios se apiade de ti, Extranjero -canta el Mito- y te dé la paz final". Arrestan a Marcial. Cora le reprocha, luchando entre el odio y el amor, su actitud. Proserpina se va para no volver "nunca más", mientras el Mito le dice "A tu paso caen las puertas del infierno y abandonas, ¡Oh Reina! este mundo para siempre".


Fuente: Teatro Colón

Acto 1:

Acto 2

Acto 3:

Acto 4

Acto 5:

Fuente:



LIBRETO

Libreto online en → Kareol 





VIDEOS ONLINE:

AQUI PEGAR VIDEO
  




PUESTAS EN ESCENA:

  • La Scala, Milán, 1952 (Estreno mundial) 
  • Teatro Colón, Buenos Aires, 1960 (Estreno en español y estreno argentino) 
  • Teatro Colón, Buenos Aires, 1994



GRABACIONES AUDIOVISUAL:





GRABACIONES AUDIO





PRENSA (Puestas en escena, grabaciones, etc.)

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BIBLIOGRAFÍA (Textos sobre música, el autor, la obra, etc.): 

  • Descubriendo la Ópera Argentina. Ópera World. 24 de abril de 2014. [Ver online]  
  • Enrique Anderson Imert. University of Michigan, USA. En la Reviusta Iberoamericana, Vol. XXII, Núm. 44, Julio-Diciembre 1957 [Ver online]  
  • Horacio Butler, en la colección Amalita Fortabat [Ver online]  
  • Proserpina y el extranjero, en la web del Teatro Colón [Ver online]  




LINKS (Páginas de consulta)

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Recopilación Mariana Lazzarini - 2022






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