Aunque todavía conserva en su asfalto las inscripciones y murales proselitistas (estos últimos un poco descoloridos por el pisoteo) el puente de la Facultad de Derecho sufrió (y espero que no haya dolido) un cambio drástico: el blanco nunca inmaculado dio lugar a un rosa chicle rabioso y un arcoíris, valga la redundancia, multicolor. Enmarcados por los palos borrados en flor, también “rositas”, en transeúnte no sabe si entro al maravilloso mundo de Barbie, si se encuentra frente a un anticipado festejo del Día de la Mujer o está viendo una pnt (publicidad no tradicional) de productos femeninos.
Nada de eso, es solo una intervención urbana, es decir: una obra de arte. Buen momento para retomar el eterno debate “¿Qué es una obra de arte?” o el más popular “¿Esa porquería es una obra de arte? Mi sobrinita de cinco años pinta mejor.” Por los medios nos enteramos que dicha pinturita lleva el nombre de "Beautiful Bridge #1" y fue realizada por L/B. Si yo lo hubiera hecho tampoco dejaría saber mi nombre, pero para conocer a los culpables aquí se los digo, se trata de los artistas suizos Sabina Lang y Daniel Baumann.
No creo que el puente se queje, después de todo cosas peores le han pasado. Por ejemplo, en el ’75 lo demolieron. Sí, lo tiraron abajo, el que esta hoy día es una “recostrucción” realizada dos años después con el apoyo de Loma Negra y Techint (seguramente desconociendo que sería usado para pintadas en contra de empresas como semejantes y la ideología que representan). Fue a pedido de los vecinos ya que cruzar la calle en la zona era-es-y-será un acto cuasi suicida, razón por la cual no vendría nada mal que algún día se levanten los otros dos puentes iguales proyectados junto a éste para la Exposición del sesquicentenario de la Revolución de Mayo realizada en 1960, y que tenían la finalidad de unir los parques separados por las Avenidas Libertador y Figueroa Alcorta.
No creo que el puente se queje, después de todo cosas peores le han pasado. Por ejemplo, en el ’75 lo demolieron. Sí, lo tiraron abajo, el que esta hoy día es una “recostrucción” realizada dos años después con el apoyo de Loma Negra y Techint (seguramente desconociendo que sería usado para pintadas en contra de empresas como semejantes y la ideología que representan). Fue a pedido de los vecinos ya que cruzar la calle en la zona era-es-y-será un acto cuasi suicida, razón por la cual no vendría nada mal que algún día se levanten los otros dos puentes iguales proyectados junto a éste para la Exposición del sesquicentenario de la Revolución de Mayo realizada en 1960, y que tenían la finalidad de unir los parques separados por las Avenidas Libertador y Figueroa Alcorta.
El puente fue inaugurado con bombos y platillos el pasado sábado por Diego Santilli, ministro de Ambiente y Espacio Público de la ciudad. Asistieron varios invitados, entre ellos el curador de "Of Bridges & Borders", Sigismond de Vajay, quien a pesar del nombre de su oficio no pudo dar remedio a lo acontecido. Notoria fue la ausencia de la señora Mirtha Legrand, quien hubiera sido la madrina de honor perfecta para este puentecito rosa rocococó rosado.
Hay que ser positivos en la vida, y por lo tanto, rescatar que al menos ahora el puente luce limpio, que llama ¡y vaya cómo! la atención, convirtiéndose seguramente muy pronto en un punto de atracción turística (en parte siempre lo ha sido, pero por mera conveniencia fotográfica y no por aptitudes propias) y además, si Freud y todos sus muchachos no nos han mentido y es cierto que el color rosa genera a quien lo observa (mediante su decodificación psicológica) tranquilidad, quien nos dice y los locos del volante que circulan por Libertador tal vez bajen un cambio.
