viernes, 30 de julio de 2010

Comentario sobre "Cesare in Egitto" - Teatro Argentino de La Plata


Por Mariana Fracassi Lazzarini

Opinión: Excelente.

Cesare in Egitto es una ópera en tres actos con música de Georg Friedrich Händel y libreto de Nicola Francesco Haym, estrenada en el King’s Theatre de Haymarket de Londrés el 20 de febrero de 1724. Está basada en una ópera homónima con libreto de Giovanni Francesco Bussani y música de Antonio Sartorio, estrenada en Venecia en 1676. Aunque fue muy famosa antaño, Giulio Cesare cayó en el olvido el siglo XIX. En el siglo XX fue recuperada, siendo actualmente una de las óperas más populares de Handel y es considerada su ópera italiana más refinada, admirándose en ella sus melodías vocales, su impacto dramático y el gran arreglo de la orquesta. Giulio Cesare es una de las pocas óperas anteriores a Mozart que forman parte del repertorio operístico habitual. Es la primera vez que se presenta en el Teatro Argentino de La Plata, y en el Teatro Colón se llevó a escena únicamente en 1968. Esto debido a que la ópera presenta como dificultad para las puestas actuales que tres de los personajes principales (Cesare, Sexto y Tolomeo) fueron escritos para castrati. El castrato (en italiano, la palabra castrati, es decir, con terminación en la letra “i” es para designar el plural, y castrato, para designar el singular) es un cantante masculino que de niño ha sido sometido a una castración para conservar su voz aguda. Puede recordarse la película “Farinelli” de 1994 sobre un castrato, cuya fama llegó a nuestro tiempo. Gracias a la intervención de la Iglesia Católica esta costumbre cayó en desuso. Como hay muchas óperas en las que se otorgan papeles a esta cuerda, en las versiones modernas se reemplazan con una mezzosoprano o contralto (es decir, las voces femeninas medias y graves) o un contratenor. El contratenor es el cantante adulto que canta en el registro vocal masculino más agudo, empleando el falsete, la voz de cabeza y la voz de pecho. Este tipo de cantante es poco frecuente. En la puesta que el Teatro Colón hizo en 1968, los papeles de Cesar y Tolomero fueron interpretados por bajos, y el de Sexto por un tenor. El Teatro Argentino de La Plata en la puesta que actualmente tiene en escena ha otorgado el papel de Cesar a la mezzosoprano argentina Nidia Palacios, el de Sexto a la mezzosoprano uruguaya Adriana Mastrángelo, y el de Tolomero al contratenor español de origen italiano, Flavio Oliver. La selección de este elenco ha sido sin lugar a dudas el mayor acierto de la puesta ya que las cuerdas elegidas le confieren características psicológicas a cada personaje. También intervien Paula Almerares como Cleopatra, Cecilia Díaz como cornelia, Sebastián Sorarrín como Aguilas, Damián Ramirez como Nireno y Mariano Fernández Bustinza como Curio. Me excuso de dar detalles técnicos musicales por no considerarme idónea en la materia, al respecto sólo diré que para una espectadora común como yo, a nivel sonoro, la ópera resulto hermosa. En este rubro destaco, además de los cantantes, el trabajo del director de orquesta Facundo Agudin y el director de coro Miguel Fabián Martínez. Otro de los aciertos de la puesta ha sido el diseño escenográfico de Daniel Bianco que curiosamente tiene como punto fuerte el telón de boca (la pantalla de red decorada a modo de falso telón que permite la visión a través suyo) y unos muy simples pero efectivos elementos escenográficos (sólo tres grandes estatuas que entran y salen constantemente de escena). Visualmente la joya es el vestuario (¡Soberbio, magnífico, impecable, bellísimo, deslumbrante!) de Jesús Ruiz. El diseño de luces de José Luis Fiorruccio exalta el conjunto. Si bien quien escribe es la primera vez que tiene la oportunidad de ver esta puesta en vivo, la dirección de escena de Gustavo Tambascio sigue la línea de versiones contemporáneas llevadas a cabo por los grandes teatros de ópera del mundo que pueden verse en DVD. Pero da un paso más allá, atrevido que se le aplaude: el realizador sorprende en el segundo acto cuando muestra a una Cleopatra con un vestido de gala maravilloso. Canta “¿Qué oigo? ¡Oh, Dios! ¡Muera también Cleopatra! Alma vil, ¿qué dices? ¡Cállate! Tendré, para vengarme en la batalla, al igual que Belona, un corazón de Marte. ¡Dioses, que gobernáis los cielos, defended a mi amado, consuelo y esperanza de mi pecho! Si piedad de mí no sientes, justo cielo, moriré. Haz que amainen mis tormentos o yo el alma entregaré.” Entonces trasfigura sutilmente el personaje a tres momentos claves en la vida de Eva Perón (su surgimiento, el voto femenino y su última aparición pública) y el texto adquiere otra dimensión. Apenas da tiempo al público para resolver lo que acaba de presenciar cuando llega el turno de Julio Cesar, en donde el personaje (en correspondencia con las puestas contemporáneas, masculino con fuertes rasgos femeninos) luce un taje sastre y el público ve en escena simultáneamente a la Eva Perón de las galas en el Colón y a la abanderada de los humildes. Las puestas contemporáneas de esta ópera presentan cambios con respecto a las del siglo XVIII y el aceptarlos o no tiene que ver en gran parte con la permeabilidad de los espectadores. En lo personal me gusto esta relectura, aunque por lo atrevida puedo entender que no sea del gusto de todos.

Ópera: informacion general

Agenda de Ópera 2010

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