Por Mariana Fracassi Lazzarini
Calificación: Muy bueno. Con una voz envidiable y un humor contagioso, Alejandro Tantanian lleva adelante un recorrido musical amplio, sorprendente por momentos, siempre elogiable. Al frente de los músicos, y como aliado indiscutible, se encuentra el pianista Diego Penelas. Cada viernes se invita a una actriz para que acompañe a Tantanian y haga algún número solista. Depende de la aptitud interpretativa de cada una, algunas más afortunadas, pero todas muy bien cuidadas por la compañía. Es esto una nota de color agradable para el espectador. El espectáculo sólo presenta un momento de tensión y es cuando se interpreta un tema de la autoría de Penelas en donde se pone en tela de juicio un dogma de la Iglesia Católica. Aunque con el estilo de los artistas, esta crítica resulta sumamente ofensiva para quienes profesamos el culto, incluso hubo quienes se retiraron de la sala. Es parte de la libertad de los artistas la elección de su repertorio, y en ese sentido no tengo nada que decir. Pero por lo hiriente de la canción no puedo dejar de señalarlo. A mi entender esta canción sólo crea un momento desagradable en medio de una velada en donde el humor y la simpatía sobran (excepto aquí, claro esta). Al margen de esta observación, este espectáculo hace extrañar aquella vieja costumbre que tenían algunos teatros porteños, como el Tababís, que en lugar de butacas en los palcos solían tener mesas con sillas y se ofrecía un servicio de bar. “Viaje de invierno” es un espectáculo para disfrutarlo en pareja, con amigos… ¡lástima que no se pueda pedir una copa!
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