domingo, 9 de septiembre de 2012

¿Dónde están los gobernadores?


Recuerdo hace mucho una clase de Historia Argentina en la facultad. Tengo muy presente la solemnidad con que mi entonces profesora, toda una eminencia en la materia, habló de los gobernadores y el peso político que éstos han tenido en nuestro país. Su frase “Chicos, en Argentina el poder no lo tiene el presidente sino los gobernadores” todavía resuena en mi mente.

Algo que heredamos de aquellas “Provincias Unidas del Sur” que tuvieron poco de “unidas” y mucho de “provincias” (o será mejor decir “feudos”), en donde los hombres fuertes del llano (otrora don Juan Manuel de Rosas, “el tigre” Facundo Quiroga, etc) eran quienes ostentaban el poder real aunque Buenos Aires tuviera el puerto y con éste todo el dinero que generaba el país por contrabando primero y exportaciones luego. Pero Buenos Aires (la ciudad) era de Buenos Aires (la provincia), y ninguna otra provincia se iba a someter a la matriarca todopoderosa; así que los bonaerenses perdimos la joya de la corona que pasaron a ser porteños.

Igualmente, con puerto y todo, la ciudad de Buenos Aires no podía mandar más allá de lo que los gobernadores le permitían, y cuando el gobierno central ostentó todo el poder, como por ejemplo durante los gobiernos de Juan Domingo Perón o en las dictaduras militares, fue porque los gobernadores –democráticos unos y puestos a dedo los otros- estaban ideológicamente alineados con el Poder Ejecutivo.

No soy tan vieja, tampoco tan “imberbe”, estoy en una edad en la que todos mis recuerdos son relativamente recientes, de los años noventa en adelante por experiencia propia, y recuerdo varios titulares de Clarín dando cuenta de la “REUNIÓN DE GOBERNADORES”.

Hoy día, aunque algunas provincias siguen siendo feudos, la mayoría de los gobernadores no tienen el aspecto de caudillos, tal vez el último en la materia fuera Carlos Menem con sus patillas a la usanza de su admirado Quiroga (quien por cierto en su época escandalizaba a Buenos Aires con su atuendo). Los actuales parecen empresarios, con trajes a la moda y perfume francés. Pero eso es lo de menos, lo más dramático es que el kircherismo con su maquinaria únicamente buena para destruir el sistema y construir una Argencuba, TAMBIÉN NOS HA DEJADO SIN GOBERNADORES.

En un país con el poder judicial esclavo de los caprichos del PEN y el legislativo a sus pies, los gobernadores eran el último bastión de los que no queremos esta Argentina monárquica y nos estamos despabilando que aquellos que hasta hace poco eran los temidos gobernadores, hoy día son monigotes de Cristina Kirchner.

No es grave que los gobernadores hayan declinado una invitación para ver jugar la selección argentina de football en Córdoba. Si se lo piensa desde el punto de vista frívolo, hasta se aplaude. Pero el que hayan tomado tal decisión porque RECIBIERON UN LLAMADO DESDE CASA ROSADA AMENANZANDOLOS CON NO RECIBIR DINERO DE LA COPARTICIPACION SI SE ATREVÍAN A VIAJAR A CÓRODOBA, es algo de suma gravedad.

Es entendible que a Cristina Kirchner no le agrade en este momento una foto de los gobernadores, es cierto que en el inconciente de la gente, aunque no sepa Historia Argentina, la foto de los gobernadores le impacta más que la de quien ocupe la presidencia nacional. Lamentablemente, en medio del desparpajo en que este gobierno ha sometido todo a su voluntad, también es entendible su proceder autoritario.

Lo más grave es la anestesia generalizada en la que nos encontramos los ciudadanos.

@M_Lazzarini
Buenos Aires, 9 septiembre 2012

Foto: Cristina Kirchner con el bastón de mando, el día que asumió su segunda presidencia. Diario Clarín, Buenos Aires.

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