miércoles, 6 de octubre de 2010

Ópera "David et Jonathas" por la Cia de las Luces

Por Mariana Fracassi Lazzarini

Tal como se puede comprobar viendo la agenda lírica de nuestro sitio, la oferta que existe en la ciudad de Buenos Aires es muy extensa y variada. Muchas compañías independientes hacen puestas de gran calidad. En esa línea, la Compañía de las Luces, integrada por jóvenes músicos especializados en música barroca, bajo la dirección de Marcelo Birman, desde 1999 llevan a cabo puestas semimontadas de obras francesas y desde hace unos años se presentan anualmente en el Museo Nacional de Arte Decorativo.
 
“David et Janathas” de Marc-Antoine Charpentier fue el titulo presentado, e interpretado por los solistas Pablo Pollitzer (David), Ana Maratis (Janathas), Sergio Carlevaris (Saúl), Esteban Manzano (La Pitonisa), Juan Feico (Un guerrere) y el contratenor Damián Ramírez (el espectro de Samuel) a quien recientemente vimos en la ópera “Orfeo y Eurícides”. Todos ellos, al igual que los integrantes del coro, tienen voces privilegiadas. Un lujo también es la orquesta de la Compañía de las Luces, especializada en este tipo de música, e integra también instrumentos antiguos. Recordemos que hace unos meses Juventus para su puesta de “Così fan tutte” de W. A. Mozart con libreto de Lorenzo da Ponte, utilizó una orquesta integrada por alumnos y graduados del departamento de música antigua e interpretación histórica del Conservatorio Real de La Haya (Holanda). Por supuesto que todo se agradece y disfruta, sobre todo cuando se hace un esfuerzo tan grande como el que representa invitar al país a una orquesta europea, pero también es importante señalar el gran trabajo que músicos locales hacen en la materia, y es realmente un orgullo sano el poder ver puestas de tan buena calidad realizadas por compañías independientes de músicos locales, en su mayoría muy jóvenes. 

Si bien me abstengo de hacer comentarios sobre música ya que considero que no tengo la idoneidad suficiente, debo decir que el talento no puede ocultarse, y no es necesario tener grandes estudios musicales para admirar la belleza que han logrado tanto la orquesta, como el coro y los solistas, todos ellos y cada uno de ellos, poseedores de un virtuosismo maravilloso.
 
El salón del Museo Nacional de Arte Decorativo aporto su granito de arena en la magia lograda. El lugar es de ensueño, la mansión que en su tiempo perteneció a la familia Errázuriz Alvear está llena de arte y buen gusto, con paredes de piedra decoradas con grandes gobelinos y cuadros. Se dispuso una pasarela para que los solistas pudieran rodear la orquesta y acceder a las escaleras. En dicho contexto, la puesta semimontada tuvo su lado pintoresco, más aún cuando se eligió para los solistas un vestuario moderno con cierto aire militar. La acústica del lugar y la cercanía con los músicos es otro elemento interesante, que aún a quienes no tenemos la audición que desearíamos, nos permite apreciar la música de una manera especial.
 
Ésta fue la primera vez que asisto a una presentación de la Compañía de las Luces, y no será la única, a partir de ahora me contarán entre sus más fieles seguidores. Invito a quienes no los conozcan que lo hagan, les será muy grato. Los chicos (porque salvo algunas excepciones todos son muy jóvenes) han editado en CD algunas de sus presentaciones, y seguramente editaran “David et Jonathas”, los invito a visitar su página para mayores informes.
 
Tan encantada estoy con ellos que nada he dicho de la ópera en sí. Cumplo con mi deber, “David et Jonathas” es una ópera del compositor francés Marc-Antoine Charpentier con libreto de François Bretonneau sobre textos del Antiguo Testamento (Libros de Samuel I y II). En ella se narra la historia de la amistad entre David y Janathas, hijo Saúl, Rey de Israel, durante el período en el que el trono pasa a manos de David. Con pocos personajes solistas, en su totalidad masculinos, y un coro, la obra fue estrenada el 28 de febrero de 1688 en un colegio de la Compañía de Jesús, intercalándose cada acto con partes del drama latino “Sául”, hecho que le confiere una identidad propia a la obra, ya que como informa Gustavo Fernández Walker en el programa de mano, “da la sensación es la de estar presenciando la reacción de los personajes ante acontecimientos que se desarrollan fuera de escena.” Consta de un prólogo y cinco actos, y una estructura dramática muy lineal y apegada al relato bíblico. Al tratar sobre el amor entre Janathas, hijo del Rey Samuel, y David en su juventud, esta pieza es tomada como la primera ópera de tema gay en la historia, algo que crea controversia ya que estudiosos de la Biblia afirman que dicha amistad no tiene tal carácter. Dejando la polémica de lado, la ópera es de una belleza sin igual, y como he señalado, la Compañía de las Luces ha realizado una presentación extraordinaria.
 
Octubre 2010

 

 

 
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