lunes, 22 de julio de 2013

Alfredo Alcón en "Final de partida"

 N o soy nada objetiva, no puedo serlo, para mí es definitivamente el mejor actor argentino y verlo siempre es un disfrute tremendo. Alfredo Alcón es único, su carácter dramático, su voz, la forma en que llena todo el escenario… Verlo no sólo es un lujo, un privilegio y una inevitable master class, lo que el gran histrón logro es maravilloso: se calza el traje del personaje que interpreta, lo hace carne y puede decir como si fuera un simple “Hola, ¿qué tal?” el texto que sea.
La obra no es de mis favoritas. “Final de partida” de Samuel Beckett es nave insignia de un teatro que no es con el que mejor me comunico. Sinceramente, asistí a la función por el protagonista. Beckett exige al espectador no ser el espectador clásico, no trabaja con el lenguaje cotidiano del teatro clásico.
No todo es maravilloso, hay algo que en cuanto lo descubrí me molestó al inicio de la función cuando se quitan los trapos que tapan la “escenografía”, una gran falta de respeto al señor Alcón que sólo se podía atrever a cometerla el mismo Alfredo Alcón director.


FICHA:
Obra: Final de partida
Autor: Samuel Beckett
Adaptación: Francisco Javier
Actúan: Alfredo Alcón, Graciela Araujo, Roberto Castro, Joaquín Furriel
Vestuario: Mirta Liñeiro
Escenografía: Norberto Laino
Iluminación: Gonzalo Córdova
Apuntadores: Lautaro Ostrovsky
Asistencia técnica: Franco Battista
Producción: Complejo Teatral De Buenos Aires, Pablo Kompel
Dirección: Alfredo Alcón
Teatro San Martin, Sala Casacubierta

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